
¿Por qué es tan difícil encontrar un buen compañero de escalada?
No es una pregunta que me hago yo. Se la hace todo el mundo que se dedica a la práctica de este deporte.
Este fin de semana pasado quedé con mi actual compañero de escalada para pasarlo juntos. Nos hemos conocido por Internet. Puse un anuncio en una página especializada de montaña hace unos meses y me contestó. La gran casualidad es que es una persona de mi edad, vive en mi barrio, le gusta el mismo tipo de montaña y tiene muchas características similares a las mías. Tanta coincidencia y no nos conocíamos. Nos hemos tenido que conocer por Internet. Alguna cosa buena tiene que tener esto.
El viernes pasaba unas diapositivas del Karakorum en un club excursionista cercano a nuestra ciudad y le acompañé. A la salida la vicepresidenta del club vino a hablar con nosotros. Tema de conversación: lo difícil que resulta hoy día encontrar gente que pueda ser tu compañero de cordada.
La verdad es que yo he pasado por épocas muy buenas y he tenido compañeros que casi podría decir de lujo. Uno de ellos se quedó a unos metros de pisar la cumbre del mítico K2 y lo mejor de todo es que regresó vivo, cosa muy difícil, porque la estadística dice que la mitad de los que suben simplemente no bajan.
Recuerdo que con otro amigo llegamos a tal grado de compenetración que ni necesitábamos hablar para progresar. Había como una comunicación casi misteriosa entre nosotros. Algo así como telepática .... ¡no sé! Una vez estábamos en un punto muy comprometido de un itinerario. Tan expuestos que la única salida era terminarlo de la manera que fuera. Arreciaba tormenta y el viento era tan fuerte que no permitía que nos habláramos. No sé ni cómo llegamos a la cumbre y no sé, todavía hoy, cómo lo logramos. Necesitábamos hablar entre nosotros para saber cuando estábamos asegurados y cuando no. Sin embargo, no nos cruzamos ni una sola palabra. Fuimos progresando, largo a largo, escuchando sólo el viento y lo que se percibía mentalmente del compañero de cordada. ¡¡¡¡¡ Era íncreíble !!!! Pero sabías perfectamente cuando había que desmontar la reunión, empezar a progresar o asegurar el avance. Sólo era necesario estar concentrado y actuar escuchando la voz de tu compañero de cordada que te llegaba directamente a la mente sin pasar por los oídos.
El compañero es alguien con el que te juegas la vida, como he comentado antes, pero también compartes más cosas .... malos olores, hambre, cansancio, mal humor, tristezas, alegrías, confidencias, proyectos .... y una larga lista de cosas poco frecuente en el mundo que vivimos.
¿Se comparten también las mujeres? jejejejeje .... pues una vez en el Atlas marroquí el guarda de un refugio nos propuso a los cuatro chicos que éramos subirnos a cuatro chicas del pueblo ..... Le caímos bien al guarda ..... pero, ¡¡¡¡¡ la cara que pusimos fue para grabarla en vídeo !!!!!! jejejejeje.
Volviendo al fin de semana pasado ..... ¡¡¡¡¡ tuvimos mala suerte !!!! cuando llegamos a la base de la montaña estaba lloviendo y nos fuimos a desayunar por todo lo grande ..... para compensar el no poder hacer un par de canales de hielo nos pusimos a hablar de chicas mientras saboreabamos el fabuloso surtido de embutidos .... la mirada de mi compa se distraía cada vez que entraba en el restaurante una esquiadora despampanante ..... y me decía con nostalgia .....
- Miquel ..... vamos a tener que vender el equipo de escalada y hacer unas vacaciones por Ibiza.
- Y por qué no vamos mejor a los Alpes a ver si ligamos alguna montañera que aquí no las hay, le contesté yo algo más positivo.
- ¿Sabes francés? .....
- Sé mucho francés, le contesté yo muerto de risa ...... jejejejejeje.
Texto escrito el día 26 de enero del 2004.
No hay comentarios:
Publicar un comentario